A continuación se enlistan las hipótesis que se plantean respecto al problema:
-Si la institución orienta sus esfuerzos a conocer a sus alumnos y los problemas (económicos, psicológicos, de salud, etc.) que los llevan a considerar la deserción como “única opción”, podrá brindar orientación e información acertada a la familia al respecto de las alternativas y ofertas que tienen los estudiantes para evitarla.
-Si la institución apoya al estudiante de bajo rendimiento académico, será menos propenso a la frustración que usualmente conlleva el sentimiento de fracaso que lo induce a considerarla.
-Si el estudiante que tiene que trabajar para continuar sus estudios considera que obtiene mayores beneficios en el trabajo que en la escuela, la probabilidad de deserción es más alta.
-Si los profesores con mayor experiencia y presencia en el Campus pueden destinar un poco de su tiempo para solucionar las inquietudes y dudas de los alumnos, se creara un vínculo positivo Profesor/Alumno, reflejándose en estudiantes más satisfechos y consecuentemente, en un menor índice de deserción.
-Si los planes de estudio de las carreras no son atractivos, ni despiertan el interés del estudiante, es más difícil retenerlo en el largo plazo.